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mayo 18, 2019
Almodóvar abre un volcán emocional en Cannes
18
mayo
2019

Aquí ha llorado hoy hasta el apuntador. Esta edición de Cannes, la sexta ocasión en que Almodóvar compite por la Palma de Oro, está abriendo un volcán de emociones del director y su equipo. No solo se barrunta premio. La crítica, de momento, sitúa a Dolor y Gloria como la favorita, pero la sensación va más allá: todos están en carne viva. La ovación del pase de gala de anoche en el Gran Teatro Lumiére fue brutal, y tras la resaca de lágrimas, esta mañana en una rueda de prensa, con ambiente de tensión sagrada, Almodóvar y Antonio Banderas han dejado bien claro que han tocado sus respectivos cielos artísticos con Dolor y Gloria.

Dolor y Gloria

Con voz la voz tomada, Pedro Almodovar  decía en tono solemne que ya tiene la gloria: “He podido ser el dueño de mi carrera. He asumido todos los errores y aciertos. Ese es el sentido del éxito para mí.  Lo de anoche no significa nada más, ni nada menos que haber experimentado una noche grandiosa. Pero, sé que luego los problemas de la vida siguen ahí”. De hecho, ha subrayado que aunque está película sea extraordinariamente personal no es el final de su carrera, que tiene dos guiones en camino y que su reto, como el del personaje de Banderas en Dolor y Gloria es seguir trabajando: “ Y no os voy a decir nada más, que sino os pasáis todo el día preguntándome”.

Hoy no ha salido a la palestra el Almodóvar dicharachero del pasado, sino el artista sobrio y un hombre sereno que habla con autoridad y humildad de su oficio y la vida. Ante un auditorio de periodistas de todo el mundo, ha vuelto a repetir que la historia de la película no es una biografía literal: “Cuando uno empieza a escribir, primero partes de la realidad, pero después hay que ser fiel a la ficción”.

Todas las respuestas resultaban confesiones entre jocosas y melancólicas. La escena del beso entre Leonardo Sbaraglia y Banderas: “Es una de mis favoritas. Yo también hubiera querido besarles a los dos con la misma intensidad. No me he atrevido a pedírselo a ninguno de los dos, ni como director ni como hombre. Esta muy bien poder ver a dos hombres de 50 años que se besan apasionadamente y se excitan en una película. El cine no nos da demasiado imágenes con personajes de esa edad”

No hemos llegado ni al ecuador del festival, y Almodóvar ya está otra vez en las quinielas con una película que es un testamento artístico ,y que puede decantar la balanza para conseguir, por fin, la Palma de oro