Todos los años ocurre lo mismo: llega el verano y la cartelera se llena de películas de dibujos. El cine infantil también va ganando terreno en las plataformas, que están plagadas de contenido dirigido a los menores.
Leones que hablan, muñecos que cobran vida, mascotas que conspiran… y ahora, además, parece que Disney afloja el tono y sus películas han dejado de marcar las pesadillas de los infantes. Todo es alegría, color, canciones pegajosas (que no pegadizas) y personajes de peluche. Y tú, que tienes niños cerca, estás empezando a saturarte y a odiar «los dibujos animados». Y los finales felices.
Así que te proponemos una serie de títulos que puedes ver este verano para que no le cojas manía a este maravilloso género: películas de animación para ver sin niños (y que pueden traumatizarte incluso más de lo que lo hizo Bambi).
‘La vida de Calabacín’ (2016)
Empezamos la lista con un dramón. ‘My life as a Courgette’ es una verdadera perla del stop-motion que nos acerca a uno de los peores dramas que pueden vivirse en la infancia: la orfandad.
Calabacín vive entre el recuerdo de un padre al que nunca conoció y las latas de cerveza vacías con las que su madre ahoga la rabia. Tiene nueve años. Y como hay personas por las que el drama parece tener predilección, su progenitora muere repentinamente. Y Calabacín es enviado a un orfanato. Allí hay más niños, con situaciones incluso peores que la suya, con heridas de todas las profundidades.
Esta hermosa cinta suiza es una oda a la esperanza, aunque sin florituras. No hay dolor que no pueda curar la inocencia… pero la vida será todo lo cruel que puede ser contigo, aunque seas solo un niño. Consiguió colarse en las nominaciones a los Oscar, los Globos de Oro, los Annie, los BAFTA y en Cannes.
Lacrimógena a rabiar.
‘Bienvenidos a Belleville’ (2003)
Sylvain Chomet es uno de esos «humanos» virtuosos del todo. El francés es director, guionista, compositor, animador y dibujante de cómic. También toca varios instrumentos, claro.
Lo más característico de Chomet es su peculiar estilo de ilustrar, reconocible entre un millón. Quizá te esta versión francesa del gag del sofá de Los Simpson… fue cosa suya.
‘Les triplettes de Belleville’ fue la excéntrica ópera prima de Chomet. Narra el secuestro de un ciclista durante el tour de Francia al que su propia abuela y su can tendrán que rescatar de las garras de la mafia. Les ayudarán tres viejas glorias de la canción, conocidas como las trillizas de Belleville.
Se retocó digitalmente, pero la película fue dibujada y pintada a mano. Una obra estrafalaria y llena de humor, de una originalidad que cuesta encontrar.
‘El pan de la guerra’ (2017)
Se trata de la tercera película del estudio irlandés Cartoon Saloon, responsable de las joyas ‘El secreto del libro de Kells’ y ‘La canción del mar’.
‘El pan de la guerra’ es su largometraje más dramático. Sin despojarse de la estética de fantasía, han creado una cinta que, al contrario que sus anteriores trabajos, bien merece un visionado antes de pensar en ponérsela a los niños.
No todo va a ser ‘Persépolis’. Ellos creen en el impacto y el toque de conciencias sin necesidad de ser explícitos. De hecho, la animación poética y la perspectiva infantil hace mucho más llevadero el contexto en el que nos mueve: la ciudad de Kabul controlada por los talibanes.
El padre de Parvana, la protagonista, es encarcelado por enseñar a leer a sus hijas. Las mujeres no pueden salir a la calle, no pueden ganar dinero ni comprar alimentos para sobrevivir, así que ella tendrá que hacerse pasar por un varón para da de comer a su familia.
Al igual que sus hermanas mayores, fue nominada al Oscar a Mejor Película de Animación, aunque se ha estrenado en Netflix sin pasar por salas.
‘Waking Life’ (2001)
Consiguió ser mundialmente conocido con ‘Boyhood’… pero lo cierto es que Richard Linklater ya nos había dejado ojipláticos mucho antes. Concretamente, en 2001 con ‘Waking Life’.
A Linklater le ponen los grandes retos creativos y ‘Waking Life’ definitivamente lo es. Esta película fue filmada con rotoscopia: una técnica desarrollada allá por el 1912 con la que se «dibuja» sobre cada fotograma previamente rodado para añadirle efectos especiales (se usó en 1977 en ‘Star Wars’ para darle esa luminosidad a las espadas láser) o conferirle cierta estética.
Las imágenes son dignas de un viaje de ácido consiguen mantener la atención del espectador incluso cuando la reflexión teórica y existencialista de la cinta alcanza un nivel demasiado elevado. Porque la película baila pegada con la idea de que la realidad y lo que nos rodea, bien podría ser un sueño… o no.
‘A scanner darkly’ (2006)
No podemos recomendar ‘Waking Life’ y dejar fuera de la lista ‘A scanner darkly’.
Ésta es la adaptación cinematográfica de la novela de Philip K. Dick: ‘Una mirada a la oscuridad’. Y también está dirigida por Richard Linklater.
La sinopsis: Keanu Reeves es un agente de policía encubierto con la misión de desmantelar una red de narcotráfico que mueve una droga nueva. El narcótico consigue deformar la realidad y modificarla hasta tal punto que nadie sabe diferenciar las alucinaciones de la vida real.
Linklater vuelve con los deberes hechos y la técnica de la rotoscopia bien apurada. Una joya para cinéfilos.
‘Paprika’ (2006)
A pesar de aparecer en todas las listas de anime, no es trabajo de Miyazaki ni pertenece a los estudios Ghibli, sino de Satoshi Kon. El japonés que viajó al mundo de los sueños incluso antes de que Christopher Nolan se le ocurriese lo de ‘ Origen’.
‘Paprika’ es una distopía llevada al extremo multicolor. Una película compleja que juega a mezclar las barreras entre el mundo real y el onírico.
Un psiquiatra desarrolla un método de terapia revolucionario (PT). Una máquina gracias a la cual uno puede introducirse en el subconsciente de los pacientes y tratar sus ansiedades. Pero alguien roba el prototipo del laboratorio y comienza a usarlo para invadir la mente de sus creadores, logrando destruir incluso sus personalidades mientras duermen.
Locura visual y un ejercicio de reflexión sobre la identidad y las relaciones virtuales.
‘Anomalisa’ (2015)
Para crear ‘Anomalisa’, Charlie Kaufman y Duke Johnson tuvieron que hacer un crowfunding para conseguir el dinero y sacar adelante la película que ha acabado siendo una de las mejores cintas de animación de la última década.
Con una técnica casi artesanal del stop-motion, esta animación para adultos nos hace vernos reflejados en el bloqueo emocional (y vital) del protagonista, rodeado de autómatas que se parecen demasiado a él.
‘Anomalisa’ es una historia maravillosa que nos hace asomarnos a los límites del absurdo de nuestra sociedad y de nosotros mismos, que seguimos buscando hasta el final a alguien que le dé sentido a algo que no sabemos siquiera si lo tiene.