Ya está disponible en Netflix ‘Cristal oscuro: la era de la resistencia’, precuela en forma de serie de la mítica película de Jim Henson (junto con Frank Oz) ‘Cristal oscuro’.
Su estreno nos sirve para recordar cinco creaciones del mago de las marionetas, que con su maestría e inagotable imaginación dio vida a universos que forman parte del bagaje cultural de varias generaciones.
Cristal oscuro (1982)
En 1982 llegaba a los cines ‘Cristal Oscuro’, un artefacto raro e inclasificable. Henson se sentía demasiado ligado a los productos infantiles de carácter naif tras su participación en ‘Barrio Sésamo’ y quiso recuperar el tono lúgubre que tenían los cuentos tradicionales y que la televisión había ido denostando con el paso del tiempo.
El universo de ‘Cristal oscuro’ lo componen tres razas que representan conceptos diferentes. Por un lado están los gelflings, una suerte de elfos que simbolizan la pureza y la inocencia. Los místicos, poseedores de sabiduría. Y los skeksis, engendros mitad reptil, mitad pajarraco, que simbolizan la codicia y el egoísmo.
Aunque, más allá de la premisa argumental, la película destaca por levantar un universo propio que se respira en cada plano de la película. Todo en ‘Cristal oscuro’ está quirúrgicamente medido, desde los escenarios, las plantas, los objetos, el vestuario, y por supuesto, sus criaturas.
La cadencia y el tono onírico de la narración también le confiere una seña de identidad propia que dista mucho de otros productos de la época. Y, aunque no funcionó mal en taquilla, el imaginario de ‘Cristal oscuro’ ha ido revalorizándose con los años hasta alcanzar la categoría de obra de culto.
‘Dentro del laberinto’ (1986)
Otro objeto de culto pero que sin embargo se ahogó en la taquilla tras su estreno en 1986. Entonces el género fantástico de corte familiar estaba de enhorabuena (‘Los Goonies’, ‘E.T’ o ‘Los Gremlins’). Sin embargo, ‘Dentro del laberinto’ se distanciaba de las demás producciones de la época por el contenido metafórico de su historia. Sarah (una joven Jennifer Connelly que había debutado dos años antes de la mano de Sergio Leone con ‘Érase una vez en América’) es una adolescente con una imaginación desbordante que debe enfrentarse al complicado proceso de hacerse adulta, con todo lo que eso conlleva: la toma de decisiones trascendentes, asumir responsabilidades… y el despertar sexual. Mimbres suficientes para que esta película sea algo más que un entretenimiento familiar al uso.
Jim Henson tenía claro que el papel de Jareth, el rey de los goblins debía interpretarlo un músico de renombre, quien además daría su toque personal a la película a través de sus canciones. El papel finalmente recayó en David Bowie, aunque se tantearon figuras como Michel Jackson, Sting, Freddy Mercury o Mick Jagger. Incluso Roger Daltrey (The Who), llegó a estar en la quiniela.
‘Dentro del laberinto’ no solo destaca por el virtuosismo de las marionetas de Henson. También posee un guion plagado de humor (no en vano lo firma el ex Monty Python, Terry Jones). Y por si fuera poco, además de las canciones de Bowie, la banda sonora fue compuesta por Trevor Jones, que ya había destacado con su trabajo en ‘Excalibur’ y que años más tarde compondría junto a Randy Edelman una de las melodías más icónicas del cine, la de ‘El último Mohicano’.
Por todo esto, y por retratar a través de la fantasía ese rito de paso hacía la edad adulta, ‘Dentro del laberinto’ sigue siendo de las películas fetiche de todos esos niños que crecimos en los ochenta y que un día nos vimos obligados a hacernos mayores.
The Muppets Show (1976)
Los Muppets son los títeres más famosos del mundo. En España los conocimos como ‘Los Teleñecos’, debido a la fusión entre muñecos y televisión. Fueron creados por Jim Henson en los 50, estas criaturas con forma de animales estuvieron apareciendo en programas para adultos desde entonces hasta finales de los sesenta, aunque no fue hasta 1976 cuando “The Muppet show” se estrenó.
Además de las marionetas, también intervenían toda clase de celebridades en calidad de estrellas invitadas. Un show orquestado por la rana Kermit (o la rana Gustavo, tal y como se conoció en nuestro país), alter ego de Jim Henson y personaje del que nunca se separó. El propio Henson prestó su voz Gustavo hasta el día de su fallecimiento, y quienes le conocieron aseguran que esta era como el alma de Jim, «todo lo que decía procedía de su corazón». Aunque a Gustavo le acompañaban otros colaboradores de lujo, como la cerdita Peggy, el insulso oso comediante Fozzie o el inclasificable Gonzo.
El show duró cinco temporadas (1976-1978), con un total de 120 episodios, y es una de las principales razones de que Jim Henson sea un referente en el bagaje cultural de varias generaciones. Aunque si hablamos de nostalgia generacional, entonces hemos de hablar de ‘Barrio Sésamo’
Barrio Sésamo (1969)
En 1969 fue cuando las creaciones de Henson empezaron a generar verdadera repercusión gracias a ‘Barrio Sésamo’. El programa no fue una creación suya, pero sin su aportación es obvio que nunca hubiese sido lo mismo. A Henson le encargaron marionetas de diseño original para el show con el fin de que los niños no se confundiesen al ver las marionetas en shows de distinto calado. Aunque la excepción fue la Rana Gustavo, que sí que aparecería en ‘Barrio Sésamo’ (como dijimos antes, era prácticamente una extensión Henson).
Durante las primeras proyecciones de ‘Barrio Sésamo’, sus creadores comprobaron que los niños se quedaban embobados cada vez que las criaturas de Henson aparecían en pantalla, y apartaban la mirada cuando no era así. Es por eso que ‘Barrio Sésamo’ sirvió de rampa de salida y comenzó a allanar la carrera y la fama de un Jim Henson que años más tarde empezaría a construir su propio imperio de la mano de ‘The Muppets Show’.
Los Fraguel (1983)
Una de sus creaciones más complejas y personales. Mientras otros productos dirigidos a niños se dedicaban a simplificar el mundo para explicárselo a los más pequeños, Henson ideó una serie que precisamente indagaba en el absurdo de las relaciones humanas.
Ejemplo de esto es el personaje de el Tío Matt, el único fraguel que se ha atrevido a salir al mundo exterior. En cada episodio, Matt envía una postal a su sobrino (Gobo), donde le explica las peripecias de sus viajes y las aventuras que comparte con esas estúpidas criaturas que son los humanos.
Los cinco fraguel protagonistas (Gobo, Musi, Rosi, Dudo y Bombo) son ejemplos de distintos estereotipos de personalidades (explorador, artista, atleta, triste e indeciso), algo muy en la línea de Henson, pero los personajes están en constante evolución y a medida que avanza la serie se van llenando de matices.
En el mundo subterráneo de ‘Los fraguel’ también habitan otras criaturas, como la montaña Basura, foco de sabiduría y que es una especie de oráculo para los fraguels. Así como las dos ratas que viven junto a ella, o los inolvidables curris, que se pasan el día trabajando.
Por el contrario, los fraguel no trabajan demasiado y, tal como dice su célebre canción, están aquí para disfrutar. Y, sin duda, hacernos disfrutar a nosotros de lo lindo.