Empiezo unas series de críticas, es decir cosas y empiezo y que no sé cómo acabarán, con «Nomadland». Es la gran película de este año. Da igual que al final gane o no los Oscars, es innegable que es tan monumental que todo a su lado queda banal.
Es un western interior en el sentido de ser una conquista de una mujer sesentona, una maestra que interpreta Frances McDormand, de un pueblo del interior que se queda vacío. Ella se une a los millones de nómadas americanos que viven en los márgenes de las carreteras en caravanas. Una conquista sobre la aceptación de la vida, de la muerte, sobre todo de la muerte y de la pequeñez humana. Es por eso, y por la manera que tiene Chloé Zhao de tratar la inmensidad y el páramo interior de esta mujer, que ha resultado milagrosa. Reúne una reflexión de recogimiento dura pero profundamente humana en un año en el que todo el bla-bla-blá mundial nos ha dejado saciados de tanta tontería cómo se ha dicho.
Hollywood se encuentra en un momento muy delicado porque al lado de «Nomandland» todo es diminuto. Es maravillosa. Hay que verla mil veces.