Que a las mujeres se les exige más, queda clarísimo en esta película. La directora de Viuda Negra, la australiana Cate Shortland (Lore, Midsommer y Berlin Syndrome) viene con el marchamo de Cannes y Sundance en su currículum. Y las dos protagonistas – Scarlett Johansson y Florence Pugh– aparecieron en el cine con interpretaciones inolvidables como Lost in Translation (2003) y Lady Machbeth (2016), y posteriormente han desplegado un talento interpretativo, que está muy por encima del resto de sus compañeros Vengadores.
Con esa materia prima y un guion sensato, el resultado de Viuda Negra es más complejo e inteligente. La guinda son unas escenas de acción que están a la altura de lo esperado. Lógicamente, que los expertos en bombazos y puñetazos hicieran bien su trabajo es lo mínimo que se le puede pedir a Marvel. Así que misión cumplida. Marvel abre esta fase 4, no solo con el acierto de haber ampliado la nómina a directoras como Shortland y Chloé Zhao que en noviembre estrenará Eternals, sino que hace una mutación más oscura y política que contenta a la nueva generación de espectadoras que exigen personajes femeninos complejos que superen el cliché de mujer florero.
Al contrario de Patty Jenkins, en las dos obedientes y relamidas entregas Wonder Woman, Shortland aborda el pasado del personaje de Natasha Romanoff con una mirada cinematográfica muy inquietante. Viuda Negra perturba por su fotografía intimista, de planos muy cortos sobre las intérpretes, en los que se siente cada suspiro de angustia y cada gota de sudor. De hecho, es una narración híbrida que trenza la acción brutal y película de traumas infantiles. Incluso, la dosis de humor tontorrón que despliega David Harbour, en el papel de padre inútil y fanático soviético, encaja a la perfección en el rompecabezas de piezas obligatorias que tiene que incluir una película Marvel.
Por el contrario, el papel de Rachel Weisz resulta excesivamente ñoño, pero tampoco nos vamos a pasar pidiendo a Hollywood que revise en un blockbuster su veneración por la figura de la madre tradicional. De momento, Marvel ha dado un paso fundamental al abrir la dirección a las mujeres.