De eso va El Cover, de aceptar que uno no pertenece ni al Parnaso ni al Olimpo. La ópera prima de Secun de la Rosa es un fresco del mundo de los artistas humildes que pululan por Benidorm ganándose la vida versionando a los grandes. De la Rosa rinde un tierno homenaje a los pobres que aceptan la penuria económica, pero batallan por su pasión artística.
“Aquí se tolera el fracaso” dice el personaje de Marina Salas al de Álex Monner, un camarero que se resiste a seguir su vocación musical por miedo a la derrota y la impostura. Los seres de El Cover respiran fragilidad e ilusiones. Todos irradian dignidad, pero los intérpretes veteranos como Juan Diego, Susi Sánchez y Carmen Machi devoran al grupo más joven tan solo con un par de miradas.
El Cover es una ópera prima irregular, con un guion que verbaliza en exceso las situaciones y se mueve a trompicones. Sin embargo, hay coherencia en su imperfección. Arranca con un potente plano secuencia que sitúa a los protagonistas en una pequeñez microscópica, como quien observa insectos desde las alturas. Esta oda al fracaso en consecuente en sus propios defectos. Sí, hay torpeza narrativa, pero también milagros conmovedores como la maravillosa Carolina Yuste en su profundo personaje de imitadora de Amy Whinehouse.