La huelga de guionistas e intérpretes de los sindicatos americanos ha dejado a la Mostra temblando, pero no muerta. Este festival, que se ha hundido y resucitado muchas veces, se enfrenta a la catástrofe de existir sin estrellas, ni alfombras rojas de postín. Penélope Cruz ha cancelado definitivamente su presencia. Solo Adam Driver, Jessica Chastain y Mads Mikkelsen vendrán a defender su trabajo en películas independientes, que no tienen nada que ver con la industria americana. Es una mala noticia, pero podría haber sido mucho peor: Hollywood podría haberse quedado en casa y no enseñar, ni competir con las grandes películas que en los últimos años han sido las finalistas y ganadoras de los Oscar. Si todas hubieran seguido el ejemplo de Challegers de Luca Guadagnino, a estas horas no quedaría ni un alma en la ya desolada isla del Lido.
Pero Hollywood ha hecho sus cuentas y ha decidido que sí, que empiece el partido sin las estrellas que animen la fiesta y las portadas. Es decir, que ahora sus grandes películas se enfrentan a pecho descubierto a la crítica y a un jurado atiborrado de cineastas como Jane Campion, Santiago Mitre, Laura Poitras, McDonagh, Mia Hansen-Løve y presidido por Damien Chazelle. Directores como David Fincher, Bradley Cooper, Wes Anderson, Michael Mann, Yorgos Lanthimos quizá se atrevan a venir a dar la cara por sus obras, aunque lo más probable es que por su condición de guionistas se tengan que quedar en casa, o su presencia se limite a entrar -literalmente- por la puerta de atrás y comprobar la calidad de la copia para la proyección oficial, como dicen que ha hecho Bradley Cooper con su biopic de Leonard Bernstein, Maestro.
Para inaugurar el festival, su director Alberto Barbera ha apostado por Comandante de Edoardo De Angelis, una película bélica de corte y pomposidad épica que cuenta la epopeya de un capitán de submarino de la marina italiana en 1940, que rescató del océano Atlántico a 26 soldados belgas, pese a ser enemigos. Comandante es una obra menor para un festival internacional como Venecia, pero tiene mucho calado en la Italia del actual gobierno de extrema derecha de Giorgia Meloni, que se ha saltado muchas veces la Ley del Mar, un principio que establece la obligación de prestar ayuda a los náufragos, sean quiénes sean, migrantes o enemigos.
El veterano actor Pierfrancesco Pavino sostiene con su carisma el relato de este militar homérico, Salvatore Pavero, que luchó por el fascismo de Benito Mussolini sin ninguna convicción ideológica, guiado únicamente por su código ético de marinero. Algunos periodistas italianos consideran que la elección de Comandante para inaugurar la Mostra es un corte de mangas de Alberto Barbera al gobierno de Meloni, que con toda seguridad no contará con él en la próxima edición.