Entre las apisonadoras que nos llegan de Hollywood, hoy analizamos la fascinación y el por qué de los taquillazos del biopic como Rocketman, la biografía cursi de Elton John que se estrena hoy. Nos preguntamos ¿Qué nos pasa, porqué hay esta fascinación las biografías filmadas? ¿Qué nos quieren vender?
En el festival de Cannes de 2017, Roman Polanski presentó la comedia titulada Basada en hechos Reales, una película pequeña y sin pretensiones con la mirada retorcida y compleja de Polanski, en la que se cuenta la relación de fascinación de una una admiradora que interpreta Eva Green hacia la escritora de moda, Emmanuelle Seigner
Polanski, el gran cineasta de la semilla del diablo y El pianista, un octogenario al que es difícil sorprender, el hombre que ha sufrido el ataque de la familia Manson, que ha sobrevivido al Holocausto y a los juicios por violación a una menor, reconocía que estaba estupefacto por este cambio en el publico mundial que ya no está interesado en la ficción sino en la realidad. Su película es precisamente una reflexión sobre ese reflejo infinito, laberinto hipnótico y que nos sirve de brújula vital.
Después del éxito de Bohemian Rhapsody, Hollywood se ha abonado a esta formula que conecta con un publico más amplio y que vuelve a congregar a los fieles al viejo rito colectivo — a las salas de cine— para adorar a un dios común cuya identidad buscamos una y otra vez detrás de sus mascaras y que nos pueda inspirar.
Stefan Zweig decía en El mundo de ayer que la Europa anterior a las guerras mundiales era un escenario pavorosamente aburrido para el común de los mortales, ya fueran pobre o ricos su destino no iba a cambiar. Las dos guerras han configurado nuevo orden social, en el que el ascenso de clase se ha convertido en la nueva religión. De nada sirven los santos cuando Dios nos ha abandonado…. de ahí que los referentes del política, crimen o el arte se han convertido en el mito liberal.
Elton John es un dios más en nuestra cultura de la superación, una cultura de tintes protestantes que nos responsabiliza de nuestro destino. El niño infeliz de clase obrera superó la gordura, el desamor de sus padres, la adicción al sexo y las drogas.
Pasemos a un genero más interesante, el biopic onírico y como diría Todd Haynes, basado en hechos falsos. En 2007, Haynes, el director de Velvet Goldmine y Carol consiguió el visto bueno de Bob Dylan para hacer uno de los biopics más raros y menos biográficos de la historia. En I´m not There 6 actores interpretan las diferentes caras del Dylan
En este genero del biopic no literal también está Neruda, una aproximación sin juicio moral ni beatificación que dirigió en 2016 Pablo Larraín.